skip to main |
skip to sidebar
La chica del paraguas rojo se repite en mis sueños. Es como si el tatuaje de mi brazo hubiera cobrado vida. Alegre, siempre viene hacia mi saltando los charcos y nunca duda en protegerme de la lluvia. Desde entonces intento dormir más; me gusta verla en movimiento. Hasta hace unos días, no le ponía cara pero hoy la he visto de nuevo. Esta vez, ha cruzado la acera, haciendo parar los coches a su paso, ha lanzado el paraguas al viento y se ha tirado en mis brazos. Aunque, ahora que lo pienso, esta tarde no estaba dormido, estaba completamente despierto.
Para ElCuentaCuentos