martes, 3 de noviembre de 2009

Cuatro

Dame cuatro motivos para continuar, no es tan difícil. Solo necesito cuatro razones para no quererte y olvidarte; cuatro excusas que me ayuden a olvidar todo lo que hemos vivido juntos.


Han sido muchos años, demasiados, llenos de momentos inolvidables. Días repletos de felicidad, cariño y comprensión. Noches enteras planeando un futuro que no era el mismo que ahora se me plantea. Has roto en mil pedazos mis esquemas, pero, aún sí, soy incapaz de sacarte fallos. No consigo acordarme de los malos momentos que hemos vivido, ¿acaso tú sí? Habíamos descubierto la fórmula del amor eterno, o eso creía yo. Incluso teníamos nuestro propio idioma, un lenguaje que solo tú y yo entendíamos.



Ahora solo te pido una explicación que me ayude a entender porqué tengo que fingir que esto, lo nuestro, lo que diablos fuera que hubiera entre nosotros, no me importa. Ahora, mientras voy embalando mi vida en cajas, recuerdo y añoro aquellos maravillosos años. ¿Qué hago con todas estas cartas, cuadros, fotos, regalos…? ¿Que voy a hacer si hasta el mero hecho de mirarme al espejo me recuerda a ti? No se si te acuerdas, pero éramos una sola persona.



Mientras reúno fuerzas para seguir adelante, recojo los trocitos de mi corazón que todavía quieren quedarse en esta casa. Lo que para ti era una cárcel, para mi era nuestro nidito de amor. No imaginé que esa distancia progresiva entre nosotros fuera definitiva, simplemente pensé que sería una mala racha.



¿Qué he hecho mal? ¿Qué motivos hay para que esto se acabe? Siempre he sido yo la que ha estado ahí, la que esperaba impaciente a que llegaras a casa para tenerte cerca, olerte, acariciarte, besarte... He mantenido la ilusión, la esperanza y la pasión hasta el último día, y lo peor de todo es que a cambio me llevo un gran jarro de agua fría.



Dame motivos para odiarte; pónmelo más fácil, no seas perfecto hasta el final. Tu silencio, por primera vez, no me dice nada. Antes nuestras miradas hablaban… nos encantaba quedarnos sin palabras y sustituirlas por besos interminables. Antes no sabía lo que era el dolor porque lo más cercano a una lágrima era reír hasta llorar.



Antes no existían los motivos, nos movíamos por impulsos... Ahora te estoy pidiendo cuatro razones pero, pensándolo mejor, creo que, aunque me dieras mil más, nunca sería suficiente.

Para ElCuentaCuentos

10 curiosos ¿Te atreves a opinar?:

Paula dijo...

Guau! Me ha llegado muchísimo tu historia, me ha gustado mucho. Yo creo que mientras puedan más los recuerdos buenos que los malos hay razones para continuar.

Rebeca Gonzalo dijo...

Me ha gustado realmente, porque aunque aparenta serenidad y capacidad de perdón, está dolida y no puede aguantar la rabia, ni la impotencia de saber que todo se ha acabado, cuando ella lo ha dado todo por esa relación. Me encanta, aunque la realidad se parece peligrosamente a esto que tú nos cuentas. Un abrazo.

Onminayas dijo...

Un increíble monólogo, lleno de fuerza y emoción. La relación está acabada: el gran monólogo en sí lo dice todo.

Besos.

Pugliesino dijo...

Un texto que comienza a leerse mentalmente pero que va adquiriendo tal expresividad que el sonido llega por si solo a la lectura y uno termina leyéndo en voz alta un buenísimo monólogo.
Al mismo tiempo consigues que el silencio de él pueda percibirse, está ahí y el penúltimo párrafo es de una fuerza enorme que conduce a la resignación final.

Un abrazo!

Perikiyo dijo...

Estremecedor. Se refleja la nostalgia, la impotencia y la tristeza de alguien que, sin sentirse hacedora del desastre, acaba de tirar la toalla.

Besos.

Reithor dijo...

La perfección, o lo que creemos perfección, es algo así como cobijarse junto a un árbol demasiado alto y cuyo ramaje es tan espeso que no deja pasar el sol; y a su sombra nos quedamos fríos y chiquititos. Acaba por llevar a algo descompensado, que por un lado u otro, se rompe...

amarcos dijo...

En algún lugar leí cierta vez la historia de una pareja, un hombre que amaba con locura a su mujer, y él pensaba que era correspondido. Un día, al llegar a casa y entrar en el dormitorio encontró a su amada esposa junto a otro hombre en la misma cama junto a la que él soñaba con ella.

Él, sin hacer ruido, sin perder la serenidad simplemente dijo a su mujer

- Perdona, creo que me he equivocado...

Y sin más cerró la puerta.

No busques cuatro motivos, ni mil... ni siquiera uno sólo, ni para odiar, ni para buscar una explicación.

Sólo cierra la puerta y piensa que quizás esa no era la persona, todos nos equivocamos.

Pero con el tiempo, te quedarás con lo mejor, con lo bonito y único que fue todo lo vivido con quien tú pensabas que era tu "otra parte".

Quédate con eso, porque hay mucha gente que jamás tendrá la suerte de poder vivir y sentir algo así jamás.

Preciosa histora Emma.

Besitos.

amarcos dijo...

Por cierto, la foto me encanta.

Otro beso.

Maat dijo...

Jo :(
Hace poco que me ha pasado eso mismo. A mi no me llegaron las razones, no me dio ni una... mal endémico cuando ocultan algo? hummm...!

Definitivamente, tu relato me ha llegado (mucho, quizás demasiado)

Un beso

Emma Grandes dijo...

*Sechat*: La realidad muchas veces es más dura que todo esto, sobre todo porque son muchos los sentimientos que no se pueden expresar con palabras. La rabia, muchas veces, te desahoga. Un abrazo muy fuerte!

Paula: Siempre hay razones para continuar, eso por descontado. La impotencia y el dolor en ocasiones te cega ni eres capaz de encontrar esos motivos, pero siempre los hay. Muchas gracias :) Un abrazo muy grande!

Onminayas: La relación está acabada y ella lo sabía desde el principio. Conforme iba aumentando su dolor, se iba dando cuenta de ya no había marcha atrás. A veces, no hay razones que valgan. Gracias ;D Un super abrazo!

Carlos: Esa era la intención. Ella comienza todo este monólogo pensando, pero estoy segura de que lo acaba gritando. Muxu haundi bat! ;)

Perikiyo: Y tira la toalla con resignación, sabedora de que ha puesto todo su empeño en algo que al final se ha quedado en agua de borrajas. Gracias por pasarte por aquí. Saluditos cordiales!

Reithor: Incluso la perfección es imperfecta. Algo que me encanta percibir en los demás es lo personal de la perfección, puesto que lo que para muchos es perfecto, para otros está lleno de taras ;) Abrazos!!!

amarcos: Yo, te puedo asegurar que en esa situación hubiera perdido la compostura, para qué nos vamos a engañar. De todos los momentos vividos, siempre perdurarán los buenos, aunque según nuestro estado de ánimo, los malos a veces ganan la batalla. La foto, efectivamente, es espectacular. Muchas gracias, Alfon. Un beso requetefuerte! ;D

Maat: Si hay algo que no pongo en duda es que tú vales más que un millón de razones. En estos casos, siempre hay que mirarse en el espejo, verte radiante y sonriente y pensar... 'Él se lo pierde'. Un besazo!!!!!


Muchas gracias a todos, lo repetiré hasta la saciedad.

Besazos (aquí sí que no necesito ni motivos ni razones para darlos) ;)

 
Copyright © De mirilla en mirilla
Blogger Theme by BloggerThemes | Theme designed by Jakothan Sponsored by Internet Entrepreneur