miércoles, 12 de agosto de 2009

El peso de la culpa

El peso de la culpa le estaba rompiendo en pedazos. Entonces, decidió dejarla a un lado, sin pensar en nada que pudiera arreglarlo y se fue lejos, muy lejos. Pensaba que cuanto más lejos estuviese, menos se acordaría de la culpa. Su destino lo tuvo claro: un lugar con mar. Le daba igual dónde estuviese; lo único que quería era pisar la arena y disfrutar viendo cómo cada grano se mueve independientemente, algo que no habían hecho sus problemas.

Quería que todos y cada uno de los quebraderos de cabeza se dispersaran, que no llegaran a formar una playa. Igualmente, se fue hasta allí. Nada más aterrizar, sus pies caminaron en dirección al mar. Nunca había estado en ese lugar pero sus pies se sabían el camino de memoria. Sin pensárselo dos veces, se fue quitando la ropa. Completamente desnudo, fue lentamente rumbo las olas.


De repente, notó cómo algo le volvía a pesar en su interior. Intentó salir pero parecía que unas piedras enormes se lo impedían. Poco a poco se iba sumergiendo en lo más profundo. Le quedaba poco tiempo. Entonces, cayó en la cuenta. Ya sabía lo que pesaba. No eran piedras, ni siquiera su propio cuerpo. Era la conciencia. No hizo bien en abandonar a la culpa así como así, sin buscar una solución que hiciera que todos y cada uno de sus quebraderos de cabeza se marcharan para siempre.


Ahora habían venido todos de golpe. Su conciencia no estaba nada tranquila, pero ya no había remedio. Su vida había dejado de ser vida para dar paso a la muerte. Una muerte dolorosa y, sin duda, difícil.

5 curiosos ¿Te atreves a opinar?:

Reithor dijo...

Hola

No hay nada como tener la conciencia limpia para ir contento por la vida... y nada como el mar para afrontar la inmensidad, y la muerte.

Y los problemas, como el agua, ahogan.

¡Un saludo!

Emma Grandes dijo...

Hola Reithor!

¡Cuánta razón! La verdad es que no es uno de mis relatos favoritos, pero es una gran metáfora de la vida y los problemas.

Siempre es un placer verte por aquí!!

Un saludito!

Clara Castillo dijo...

Hola!! Está muy bonito tu blog! :)
Con respecto a la culpa, creo que es un sentimiento horrible, es muy lindo tener la conciencia limpia y tranquila, pero no hay que sentir culpa porque es una sensación muy dolorosa!! De ella también hablo en mi libro Toc Toc, tal vez te guste leerlo.
Si quieres puedes visitarme en claratoctoc.blogspot.com
Te dejo mis saludos, hasta pronto
Clara

Pugliesino dijo...

Por la orilla el mar nos borra las huellas de nuestro paso, pero no poseemos olas que borren una mala conciencia. La muerte sí que es la gran ola que lo borra todo, pero si se afrontan los problemas o asumen las culpas siempre hay tiempo para aprender a surfear :)

Un relato de gran contenido. Saludos!

Emma Grandes dijo...

En primer lugar, mis disculpas a los dos porque he estado una semana entera desconectada del mundo de Internet XD

Clara: Muchas gracias por pasearte por mi rincón, me alegra que te guste ;-) No lo dudes, en cuanto termine de escribirte,me paso por el tuyo que ya me has creado la intriga XD

Un saluditooooo

Carlos: Me ha encantado tu párrafo adicional!!!! Todos tenemos que aprender a surfear por las olas de los problemas. Muchas gracias!!! Un saludo muuuy fuerte!

 
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